El Partido Demócrata de Japón (PDJ), que lidera Yukio Hatoyama, puso fin a 54 años casi ininterrumpidos de liderazgo del Partido Liberal Democrático (PLD). Los japoneses se pronunciaron por el cambio y propinaron una estrepitosa derrota al Gobierno. Varias de las grandes dinastías políticas que han gobernado el país como si fuera un feudo familiar han perdido sus escaños.
El PDJ obtenía, una aplastante mayoría de 308 escaños sobre un total de 480 de la Cámara baja. "Es la victoria del pueblo", declaró Hatoyama, de 62 años, primer ministro electo. En la campaña prometió más ayudas para favorecer la natalidad, más becas universitarias y mejorar las pensiones. "Japón necesita un cambio, no se puede esperar", afirmaba un votante del PDJ en un colegio de Tokio. Pero el primer ministro tiene que afrontar retos como la deuda pública que arrastra la segunda economía del mundo.
¿Cómo financiará el primer ministro electo de Japón, Yukio Hatoyama, la prometida subida de pensiones y salarios reduciendo los impuestos sin aumentar la disparada deuda pública? Este es el “sudoku” al que se enfrenta el nuevo Gobierno japonés, que el triunfante Partido Demócrata de Japón (PDJ) formará dentro de las dos próximas semanas en coalición con dos fuerzas minoritarias y donde todas las miradas estarán puestas en el titular de Finanzas.
Durante la campaña electoral, Hatoyama prometió congelar hasta 2013 la subida de impuestos, disminuir del 18 al 11 por ciento las tasas sobre las pequeñas y medianas empresas, rebajar el precio de la gasolina, suprimir los peajes de las autopistas, elevar el salario mínimo, ayudar con 100.000 yenes (755 euros) a los parados en formación e incrementar los subsidios a los campesinos para revigorizar el alicaído consumo doméstico. Con el fin de acabar con el declive y envejecimiento de la población y fomentar la natalidad, su Gobierno entregará 26.000 yenes (192 euros) por cada niño en edad escolar. Dicha ayuda se suma a los 350.000 yenes (2.605 euros) que los padres reciben por cada hijo al nacer, ya que Japón tiene una población de 127 millones de habitantes pero está previsto que a mediados de siglo baje de los 100 millones.
El líder del PDJ defiende una política más cercana al ciudadano en la que las prioridades sean los programas sociales con los que poner freno a la brecha entre ricos y pobres abierta en las últimas décadas y recuperar el gran colchón de clase media del que Japón se sintió siempre orgulloso.
Hatoyama, de 62 años, predica, en contra de la tradición japonesa, que su fuente de energía radica en su esposa, Miyuki, una antigua actriz de 66 años, escritora y comentarista de televisión. "Es mi sol que siempre brilla", ha dicho de ella. Defensor de rediseñar las relaciones de Japón con EE UU de manera que pasen de subordinado a socio, Hatoyama pretende reformar la Constitución pacifista impuesta por el ocupante tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial, para que Japón transforme sus actuales Fuerzas de Defensa en un Ejército e impulse su cooperación con las misiones de paz de la ONU. Más preocupado por la situación social y económica que por la diplomacia, Hatoyama quiere estrechar la relación con China y reforzar la influencia de Japón en Asia.
¿Qué pensáis de este cambio?
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