Ayer con motivo de mi primer aniversario de noviazgo, mi novia y yo decidimos ir a cenar a un restaurante japonés. La oferta en Madrid es bastante variada, en especial estos últimos años. Sin embargo queriamos algo especial, algo menos corriente que los típicos restaurantes japoneses a los que solemos ir.
Da la casualidad de que apenas a 10 minutos andando de mi casa, en la calle Ávila- 14, se encuentra el restaurante japonés más antiguo de Madrid, el Naomi.
Habíamos visto muchas criticas por internet sobre él. Unas veces eran extremadamente buenas y en otras lo dejaban como uno de los peores de Madrid en su estilo. Muchos se quejaban de su servicio, su reducido espacio o de la calidad de su sushi. Incluso mi profesora de japonés (de la que más me puedo fiar en esta vida jejejejeje) me comentó que la dueña estaba un poco “loca” y que de romántico para un aniversario tenía poco, muy poco.
Pero aun así y por el tema de su antigüedad y cercanía nos animamos a ir. Además Arancha había reservado una mesa estilo japonés, es decir, en el suelo y sin zapatos puestos.
Nada más llegar me doy cuenta de lo mal que lo voy a pasar en Japón. Llegué asfixiado y eso que sólo andamos unos metros por Bravo Murillo hasta el restaurante... A mi favor tengo que decir que nos dimos prisa ya que salimos un pelín tarde de casa.
He perdido 6 kilos pero aun así me cuesta moverme muchísimo. Tengo que ponerle remedio ¡ya!
Bueno a lo que íbamos, el restaurante japonés jejejeje.
Lo primero que llama la atención es la extrema sencillez del local. La entrada no es sofisticada como en otros restaurantes japoneses. En este aspecto se parecía mucho al Musashi, otro de los restaurante japoneses más humildes de la capital.
Después de hacerle unas fotillos a Arancha en la entrada junto al nombre del local ,nos adentramos en el paraíso de la gastronomía nipona.
Al entrar hay un pequeño recibidor con algunas figuras y cuadros japoneses. Cerramos bien la puerta ya que por fuera había una nota en papel que rezaba “Por favor cierren la puerta al entrar”.
Abrimos la siguiente puerta que es la que llevaba del recibidor al interior del restaurante. La primera impresión es de que a pesar de ser realmente pequeño, no lo es tanto como pensábamos por las críticas. Eso sí, las mesas estaban muy juntas unas de otras, vamos que de intimidad más bien poco. ¡Otro punto para mi profesora!
Como teníamos hambre nos dirigimos a la zona donde estaban las mesas de estilo japonés... y de repente una mujer de avanzada edad que trabajaba en el restaurante empieza a decirme con la mano “ por favor espere, déjeme pasar”, todo esto a gran velocidad sin que me percatara de lo que pasaba. Mi novia les dijo que teníamos una reserva en mesa japonesa al nombre de Arancha. La mujer decía que sí a todo, pero otra más joven la hablaba en voz baja como diciéndole que se había colado y que la mesa ya estaba reservada por otros... En esos momentos empecé a pensar que la anciana era la “loca” que me había comentado mi profesora. Realmente estaba llena de energía, poco se parecía a la más jovencita que era mucho más calmada. Al ver que se equivocó en la reserva la anciana nos pidió disculpas y nos dijo que si no nos importaba ir a una mesa que tenían en la zona trasera del lugar. Yo que tenía mucha hambre dije que sí sin pensarlo... pero Arancha que es más romántica puso cara de apenada y me dijo que por qué había dicho que sí. ¡¡ELLA QUERIA PELEAR POR NUESTRA MINI MESA ESTILO JAPONES!!
Nos sentamos en nuestra mesa de la parte de atrás ( y tan atrás, como que estabamos aislados de CASI toda la civilización humana), un biombo de papel de arroz nos separaba de la entrada y nos daba cierta intimidad... si no fuera por la mesa de al lado, justo la más grande del local donde 6 mujeres no paraban de hablar en voz alta.
Nos pusimos a hacer manitas en la mesa y le comenté entre risas lo que mi sensei (profesora/or en japonés) me dijo de la dueña del local jejejeje. Nos trajeron la carta y fuimos pidiendo agua para comer.
Servían dos tipos de cerveza japonesa, la “Kirin” y la “ Asahi”, pero a mi no me gusta comer con cerveza ya que le mata el sabor a la comida según mis gustos. Para picar nos dan uno taquitos de atún cocido con setas y una salsa con un intenso sabor que estaba realmente delicioso. De los mejores aperitivos japoneses que he probado en mi vida. Tanto es así que mojábamos hasta los palillos en la salsa jejejejeje.
La carta es más bien pequeña, con muy pocos platos en comparación con otros restaurantes japoneses, pero con una especialidad de la casa que a mi personalmente me encanta, el “Kare raisu” o arroz con curry japonés.
Los precios son en la línea del Musashi, 8 euros por el “ Katsudon” y 6 euros por el “ Kare raisu” sin carne. El “niguiri sushi” se encontraba a unos 2,50 euros la pieza. Hay que decir que todos los precios son sin i.v.a.
Otra de las cosas que se critican del sitio es cuanto tardan en servirte las camareras. Por desgracia en nuestro caso no fue una excepción, si bien es cierto que con el biombo y las mujeres desesperadas de al lado poco o nada nos hacíamos oír.
Para tomar nota llegó la dueña, la verdad es que a mi me cae genial por lo extrovertida que es. Le consulté una duda acerca del sushi y me la aclaro rápidamente gesticulando de una manera que sólo los japoneses son capaces de hacer.
Primero pedimos el sushi a saber de 2 piezas de nigiri de salmón, 2 de atún y otras 2 de pescado blanco.
La mujer nos comentó que eran piezas muy pequeñas, pero sinceramente a mi no me lo parecieron en absoluto. De hecho creo que son más grandes que en el restaurante “Daikichi” de Madrid. ¡¡NO ME ENTRABAN EN LA BOCA!!
Arancha pidió una sopa con tallarines “soba”. Fue cuando a la mujer le dio otra vez el arrebato y empezó a mira a mi novia con cara de “ ¿pero qué me estas contando? ¿qué te vas a pedir eso con el calor que hace?”.
La dueña empezó a repetir “ eso es sopa”, y mi novia “ sí, sí, lo sé”, y la dueña ...“ es sopa, sopa caliente” ,y Arancha “ sí, me gusta”, la dueña de nuevo “ no,no, mejor te los tomas fríos de estos” y empezó a señalar unos “soba” al curry que según ella eran la especialidad de la casa.
Con todo, al final Arancha me miro diciendo “ al final me voy a comer lo que ella quiera” jejejejjejeje.
Llegó mi turno y por miedo a que en vez de “Katsudon” (filete de cerdo empanado con arroz) me diese un trozo de pescado, le pedí que me aconsejara entre dos platos, “Katsudon” o “Kare raisu”. Como Arancha se pidió los soba al curry pues la mujer me recomendó el “Katsudon”. Cuando terminamos de pedir la mujer nos avisó de que era muy poco... La verdad es que en el Musashi con lo que habíamos pedido tendríamos de sobra para llenarnos, así que lo dejamos como estaba.
Primero sirvieron los “soba al curry” y tengo que decir que me empecé a poner nervioso ya que la cantidad que ponen en los platos es pequeña hasta para mi novia que come menos que un colibrí .
La salsa aunque picante ,como buen curry que es, estaba buenísima. Poco después sirvieron el “Katsudon”.
El “Katsudon” es un plato que me encanta, pero en esta ocasión no me gustó nada de nada. Para mi gusto su sabor era muy fuerte y demasiado especiado. Sin embargo a mi novia le gustó el empanado, de modo que no intercambiamos los platos. Finalmente nos comimos el sushi, el cual para mi gusto tenía el arroz mal compactado, se deshacía con extrema facilidad. Como nota graciosa tengo que decir que me comí primero el de pescado blanco porque es el que menos me gusta. Arancha que no lo encontraba muy apetitoso me ofreció el suyo pensando que me gustaba. Le dije que a mi el pescado blanco no me hacia gracia y me dijo.. “¡¡POR QUE NO ME LO HAS DICHO CUANDO LO ESTABAMOS PIDIENDO!!” y yo le dije que “ ¡me daba miedo la dueña! Cualquiera le pide dos piezas más de lo mismo, nos pega y todo”jejeje.
Por último y por 4 euros nos sirvieron una jarrita que dio para 6 chupitos de un sake muy bueno.
La cuenta fue:
1-SOBAKAREI 6,90 euros
1-KATSUDON 8.00 euros
6-NIGUIRI VARIADOS 15.00 euros
2-AGUA 500ml 4.00 euros
1-JARRITA SAKE 4.00 euros
I.V.A 7% 4.00 euros
TOTAL 40.55 euros
Como me quedé con mucha hambre acabamos en “El Brillante” donde me pedí un bocata de calamares...XD.
Para acabar tengo que decir que aunque la primera vez en el Naomi no ha sido todo lo buena que debiera, pienso volver aunque sea por lo salá que es la dueña.
